JUAN KING 1949 Nace en Barahona 1963 se traslada al Distrito Nacional.1969 Inicio los estudios de Arte en la Escuela Nacional de Bellas Artes.1977 Finaliza los estudios.1978 ingresa a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde estudia Arte Publicitaria. PREMIOS 1975 Primer premio de Escultura, Escuela Nacional de Bellas Artes.1976 Primer premio de Escultura Concurso Pro-Arte. EXPOSICIONES INDIVIDUALES - Tiempo Juan King Muestra Individual octubre 1993 CODAP.
- Casa de la Cultura Dominicana en New York Encuentro Juan King 2002.
- 1828 Amsterdam Ave; Suite 404 New Cork, NY pintura al oleo 1, Retorno Exp. Individual 13 2003, Edif. Katheryn Santo Domingo.
COLECTIVAS - Rompiendo el Alba, Casa de la Cultura Dominicana en New York
- Exp. Experimental, Palacio de Bellas Artes 1981.
- XV Bienal de Artes Plásticas, Galería de Artes Moderno 1981
- XI Concurso Anual de Artes E. León Jiménez, Centro Cultural de Santiago 1981
- De Nosotros a Del Cabral, Casa Cultural Dominicana en New Cork 1987
- Exp. Inauguración, Galería Cezanne 1984.
- Generación 80 (aniversario), Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña 1984.
- Expocolectiva por la Cultura Higueyana, Palacio de Gobernación Higuey 1986.
- La Generación del Ochenta, Diez años después Voluntariado de las Casas Reales 1990.
- Expo Alternativa, Galería de FUNGLODE 2004.
- Ámbito Visual, Exp. Colectiva de artistas nacionales, Museo del Hombre Dominicano.
- VIII Feria Internacional del Libro.
- Imágenes y Colores en concierto Exp. Colectiva Caribe Art Gallery 584 Broadway New York NY obra de arte 2
Expo-Latino week Exp. Colectiva, Universidad New Paltz New YorkEl Arte de Juan King y las Secuelas de New York Por José Ramón Medina.
Una mirada a la pintura de Juan King nos conduce por profundidades colmadas de magia y fantasía, pero también reveladoras de temores, latentes unos y patentes otros, sentidos por la gran comunidad de dominicanos que habitan esa gran selva de acero, cristales y concreto que es la sobrecogedora y avasallante urbe de New York.
Con unas imágenes imbuidas de simbolismo en una atmósfera un tanto borrascosa nos ofrece una metáfora del mundo newyorkino a través de signos como la caña, cuerpos femeninos, peces y otras especies marinas. Nueva York produce en Juan King un efecto tal que bordea la catarsis. Parece ser la bujía detonante de energías contenidas que limitaban sus amplias posibilidades creativas. Al llegar a la gran ciudad el choque visual y la dinámica de la misma despiertan en él un león dormido. King nos muestra un ámbito vegetal y animal moviéndose en un mar borrascoso con gigantescos escualos, a veces metamorfoseados en casas y rostros humanos, devorando a otros peces más pequeños ( “el pez grande se come al chico”) en alusión a la amarga realidad de una sociedad donde la vorágine impone la violencia y él más fuerte termina engulléndose al débil; o a figuras femeninas aludiendo al drama de los cientos de miles de dominicanos que surcan y mueren en los océanos buscando una nueva vida. Expresa esta cruda realidad, pero lo hace en un contexto de amplio contenido erótico.
Este erotismo también mostrado en los años ochentas a través de las obras tituladas “Teresa” y “La otra Teresa”, donde se manifestaban sus obsesiones por los senos de la mujer, sigue presente en su obra sublimado ahora por la presencia de elementos que nos conducen a reflexiones de carácter filosófico, social, humano y existencial.
Sentimos una poética de la imagen, como en una de sus obras, con figuras femeninas abrazando un teclado, en idílica pose horizontal, sumergida en la profundidad de las aguas, y en extraña alusión a una musicalidad escondida en la lírica del color, como en un sueño que evoca las escenas y personajes de la novelística de García Márquez.
La imagen de la caña, a modo de reminiscencia alegórica o icnográfica de lo que hemos perdido como consecuencia de las transformaciones socio-económicas de los últimos tiempos en nuestro país; la del pulpo o calamar, símbolo de las grandes transnacionales, que parece devorarla como antigua fuente principal de nuestra economía; la de unos peces cuyas formas se confunden con sobres de cartas cerrados como expresión de la añoranza de los amigos, el paisaje y los familiares dejados atrás y a lo que se anhela volver, y esos grandes problemas de incomunicación tan significativos en las ciudades de los países altamente desarrollados, nos transportan a través de una atmósfera onírica transgresora e ilógica. Es importante destacar la correspondencia de las dimensiones espacio-temporales con la interacción de colores fríos y cálidos, la variedad de matices y las excelentes valoraciones y contrastes tonales en técnica de transparencias muy propias del cálido ambiente caribeño aunado con el efecto producido por la profusión de vitrinas de exhibición en la gran ciudad de luces y rascacielos.